Aunque el Administrador de tareas integrado en los sistemas operativos de Microsoft es bastante útil su funcionamiento deja que desear en bastantes situaciones. Task Killer lo mejora notablemente con un sistema muy eficaz a la par que práctico.
Cualquier proceso puede ser cerrado instantáneamente con esta herramienta sin necesidad de hacer uso del tradicional atajo de teclado de Windows.
Para cerrar procesos con Task Killer únicamente debes acceder a la ventana emplazada en la barra de tareas y tratar de la manera que quieras con la lista que aparece, la cual incluye todos y cada uno de los procesos que permanecen activos en el sistema.
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